¿Será verdad que ninguna de los miles o millones de fotografías que se están tomando hoy, día 30 de abril de dos mil quince, pasará a la historia de la humanidad y que, en cambio, aquella única imagen que se tomó un día cualquiera de mil ochocientos veintiséis por un tal Niépce, seguirá viva por mucho tiempo en algún secreto archivo de la Universidad de Texas? ¿Estará la explicación en que el tal Niépce trabajaba con el afán riguroso y científico que mueve a los visionarios y el joven que alarga su brazo gracias a un palo y se hace una foto nocturna en la discoteca de moda lo hace embriagado por un momento de felicidad? En tal caso:¿Llevaba razón el profesor que dijo a un joven pintor en sus días de formación: «Usted no llegará nunca a nada porque es demasiado feliz con lo que hace»? ¿Es, y aquí se acaban nuestras preguntas y deberían comenzar vuestras respuestas, la felicidad enemiga de la historia?

 

Pieza: «Posible final de un cuento», ALEXIS EDWARDS 2004  | 230 x 300 mm | Colección UFCA # 374