Finaliza la tercera edición de una de las experiencias más intensas de nuestra Escuela de Fotografía.

Cuando en el año 2015 se nos ocurrió poner en marcha una nueva plataforma de aprendizaje para dar continuidad a los alumnos del Curso General no sospechábamos que la experiencia en estos tres años pudiera ser tan sorprendente. Afianzar sus conocimientos y poner las bases para crecer como fotógrafos era la idea inicial pero los resultados han venido a demostrar que la formula también es perfectamente válida para quienes con cierta veteranía necesitan un impulso para encaminar su trayectoria.

La experiencia ha sido fundamental para ver con perspectiva donde estaban sus fortalezas y que debilidades había que resolver. La importancia de la edición y la producción sobe papel ha sido una constante al igual que lo ha sido ejecutar encargos sobre temas que nunca habrían hecho por su cuenta y que han servido para fortalecer sus propios criterios.

«Estimular el musculo creativo»

Ocho meses de encuentros semanales con Alberto Galán han dado sus resultados. Los tiempos son fundamentales para ordenar las ideas y asumir un montón de información sobre autores y tendencias, para poner en práctica el hecho de fotografiar desde el necesario conocimiento de los grandes maestros, referentes desde los que han aprendido a proyectar sus emociones adquiriendo una nueva forma de mirar. La tripulación hace mucho que dejó atrás las inseguridades de la técnica y ha superado el reto entendiendo la fotografía como una forma de  proyección personal.

Nuestro agradecimiento a Begoña Lombardía, Juan Pelayo, Natalia Lozano, Naroa Serrano, Mª Carmen Quirell, Carlos Ruiz, Victoria Serkova, Diego Ducasse, Marian Jiménez, Jorge del Aguila y Alejandra Jiménez por confiar en nosotros. Su relación con la fotografía y la cultura visual es ahora más intensa y profunda. Para nosotros no puede haber satisfacción mayor porque eso es lo que da sentido a nuestra vocación.

¿Quien se anima al próximo?

Fotografía de cabecera: © Alejandra Jiménez