Al igual que muchos museos y centros de arte necesitábamos un sistema que nos permitiera almacenar nuestra colección de fotografía. No era tarea fácil ya que en su mayoría son piezas enmarcadas que varían en altura ancho y espesor, y  muchas de tamaño considerable.

La falta de espacio y una economía muy ajustada nos eran precisamente los mejores aliados para dar solución a un problema que desde hace tiempo nos tenia preocupados ya que la conservación de estos fondos requieren de una cuidada organización. Las soluciones han venido de la mano de nuestra particular forma de afrontar las dificultades: Reinventando el poco espacio que nos queda y como estas estructuras son caras pues dijimos:  Lo fabricamos nosotros este verano.

Con más voluntad que conocimientos, a finales de junio nos pusimos manos a la obra para fabricar un sistema de bastidores móviles que nos permitiera disponer de una superficie de 100 m2 en un reducido espacio de la trastienda de la escuela. Todo a la vista y perfectamente ordenado pero nos ha costado casi tres meses. Un berenjenal que nada tiene que ver con montar una estantería de Ikea.

 Además de la estructura de bastidores hemos instalado un deshumidificador y una pequeña grúa eléctrica que nos facilita el almacenaje en la primera planta, de las grandes cajones que utilizamos para los viajes.

 

Ahora nos sentimos orgullosos de la faena porque ello nos permitirá de un lado afrontar con comodidad la tarea de diseñar y organizar las propuestas de nuevas exposiciones, tener la tranquilidad que las piezas están en condiciones y sobre todo, y no menos importante, que los artistas que tienen obra en estos fondos sepan que estos están en las mejores condiciones.