Publicado el: 04/03/16
Autodidacta por imperiosa necesidad, logró un enorme reconocimiento en su trayectoria fotográfica donde consiguió los más importantes y prestigiosos reconocimientos a nivel nacional.
Las fotografías de Juan Villalta (Tarifa 1928) nos trasladan a otra época. Autodidacta y conducido por el puro deseo de contar historias, Villalta acumuló desde sus inicios hasta bien entrado este milenio, un tesoro en imágenes. Concentrándose en el individuo ha conseguido preservar la memoria de una comunidad como la tarifeña, un pequeño conglomerado urbano que bien podría representar cualquier otro pueblo en cualquier otro lugar. A través de su fotografía podemos vislumbrar la vida del pueblo y sus gentes, los muchos cambios vividos. El pescador, el labrador, el artesano, los niños, los jóvenes y ancianos, los habitantes y los visitantes; todos son importantes para sus memorias en blanco y negro. Creía firmemente que había nacido fotógrafo, «Cuando era niño podía ver las imágenes en mi cabeza, pero nunca tuve dinero suficiente para comprar una cámara».
Lo primero que uno siente al contemplar las fotografías de Juan Villalta es añoranza. Sus imágenes nos trasladan a otra época, a un mundo, en blanco y negro, que aún perdura en nuestra memoria. La nostalgia; el olor del incienso en la misa del domingo, el ruido de la comba al golpear el suelo, el tacto de los adoquines, las conversaciones de la parroquianas sentadas al fresco en la puesta de sus casa. Su fotografía materializa sensaciones que el tiempo se niega a borrar.
Pero la importancia de Juan Villalta no radica únicamente en lo que sugiere. Su obra, incisiva y directa pero no exenta de candidez nos muestra, a base de pequeñas historias, la España de los sesenta y setenta. Y es el propio Juan quien nos conduce, a través de sus fotografías y con su propia voz, en estas historias de las gentes de su pueblo de manera no queden en el olvido.
Autodidacta por imperiosa necesidad, logró un enorme reconocimiento en su trayectoria fotográfica donde consiguió los más importantes y prestigiosos premios a nivel nacional. De entre todos le tenía un especial cariño al primero conseguido en un concurso semanal que en los años sesenta organizaba Televisión Española, en un programa titulado «Fin de Semana» que presentaba la popular Marisa Medina, todo un icono de la época, del que siempre se sintió muy orgulloso.
En 1995 UFCA le concedió el título de Socio de Honor, y en 2010 se le organizó un homenaje en el que participaron José Antonio López, amigo y editor, y sus marchantes y también amigas Pat Saro y Amanda Maisey. La idea, tanto del libro como de la exposición, sobre su obra era la de hacer justicia a uno de los grandes fotógrafos que ha dado nuestra región, si algún día consideramos que Andalucía tiene una historia fotográfica sin duda Juan Villalta debería estar ahí por derecho propio.
¡Te vamos a echar de menos Juan!
Fotografía de cabecera: © Antonio Gámez